miércoles, 29 de junio de 2011

Pentecostés

Uno. Teniendo en cuenta que la 'Palabra', en el contexto bíblico, no es una categoría conceptual o idea, sino mas bien un 'Acontecimiento', pareciera que la fiesta de Pentecostés se redujera a un mero recuerdo de lo que sucedió aquel día con los Apóstoles. A esto homos de añadir lo que reza la oración colecta del día de Pentecostés: "renueva los prodigios del día de Pentecostés". Por otro lado, año tras año la religiosidad popular cusqueña va insistiendo en dar culto a la Cruz el día de Pentecostés, influenciado tal vez, por la fiesta de la Cruz del "Señor de Torrechayoc" que tradicionalmente se celebra el día de Pentecostés. Hay cierta confusión en todo este asunto, por lo que consideramos necesario una catequesis basica del 'ser cristiano' y una 're-evangelización' resaltando la importancia de Dios Espíritu Santo en la vida del cristiano, la importancia del Espíritu que hace morada en nosotros y nos impulsa al encuentro con Dios Padre por medio de Jesucristo Hijo a quien sea la Gloria por los siglos de los siglos.



Dos. Me impresionó sobremanera el texto: "nadie puede decir Jesús es Señor si el Espíritu Santo no lo inspira". De ahi la importancia de la Venida del Espíritu Santo a nuestra vida, a nuestro ser, a nuestra historia personal. Puesto que ni siquiera podemos decir "Jesús es Señor" si el Espíritu Santo no nos impulsa ha hacerlo, cuanto más necesitaremos del Espíritu para obrar el bien, para cumplir los mandamientos, para ser santos, en definitiva para amar a Dios. Para que el Espíritu nos impulse a obrar el bien, ha de estar en nosotros, de ahi la necesidad de invocarle, de pedirle que venga; ha de estar en uno mismo para dejarse llevar, y ser docil a sus inspiraciones.




Tres. Cuando se habla de posesión diabólica, pareciera que el hombre pierde totalmente la facultad de la voluntad para ser arrastrado por el 'espiritu inmundo' y obrar el mal según le mande o impulse el 'espíritu maligno'. Asi también hemos de dejarnos poseer por el Espíritu de Dios, abandonarnos en sus brazos y dejar que el haga su obra en nosotros.



Envia Señor tu Santo Espíritu que renueve la faz de la tierra, la faz de mi ser.

Ven Espíritu Santo y renueva nuestros corazones llevanos al Corazon del Padre.