martes, 9 de noviembre de 2010

Los mas desgraciados del Mundo

Al igual que en nuestros días, en tiempos de Jesús existía gente que no creían en la resurrección de los muertos. La secta que negaba la resurrección de los muertos, eran los llamados Saduceos. En nuestro medio hay gente que en vez de creer en la resurrección, cree en la reencarnación, o en cualquier otra cosa. No nos vamos a detener a analizar las otras creencias ahora, sino que vamos a ver la importancia de la Resurrección y la consecuencia de negarla.

Ya desde el primer día de la resurrección de Jesucristo, se ha querido negar la resurrección. Sobornaron a los soldados para que dijeran que vinieron los apóstoles y se llevaron el cuerpo de Jesús, y que eso de la resurrección es una mentira inventada por los apóstoles. Y aún se sigue luchando contra esta verdad. No hace mucho salió una película en la que un arqueólogo encuentra el cuerpo de Jesucristo. Demostrando de ese modo que la resurrección es una mentira. Y haciéndonos ver, a los que creemos en la resurrección, como diría San Pablo: como los hombres más desgraciados y dignos de compasión. Diciendo con esto que después de dos mil años, millones de personas han creído en una mentira.

Nadie en su sano juicio se dejaría matar por defender una mentira. Si la resurrección de Jesucristo fuera una mentira, sería absurdo, estúpido y en vano el sacrificio de los apóstoles y de tantos mártires que dieron su vida por predicar esta verdad. Con la fe puesta y en la esperanza de la propia resurrección, los apóstoles se han dejado matar por defender y predicar la resurrección de Jesucristo. Jesucristo ha resucitado verdaderamente. Y es un Dios de vivos y no de muertos, pues como dice el evangelio: para Él todos están vivos. Entonces no deberíamos decir “hay vida después de la muerte”, sino, “hay vida (eterna) después de esta vida (efímera)”

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