jueves, 8 de abril de 2010

Los Signos de la Resurrección.


La Pascua es la fiesta más importante del cristianismo. Es la fiesta de las fiestas. La fiesta de nuestra salvación y como tal hay que celebrarlo. Hemos de celebrar la Pascua no solo con la preparación interna, -la confesión, el ayuno y la oración-, sino también con los signos externos. No solo hay que preparar el espíritu, sino también el cuerpo. Si en la cuaresma el Señor Jesús nos ha dicho cuando ayunes lávate la cara, perfúmate el cabello, ¡cuánto más hemos de perfumarnos en la pascua! y ¡vestir nuestras mejores galas! Y esto no solo para que nuestro Padre Celestial lo vea, sino para que a través de los signos externos, comuniquemos la alegría pascual, y así ser testigos de la resurrección de Cristo en el mundo que nos rodea.

La Pascua es la fiesta de las fiestas, hemos dicho y sin embargo, entre la Pascua y la Navidad, la navidad es la que es más celebrada por la gente, impulsado por la cuestión comercial claro está; entre otras cosas, en la navidad la gente come panetón con chocolate, champagne, pavo, se dan regalos y esperan la media noche para abrazarse y reventar los cuetillos, cuetones, y demás material pirotécnico; en cambio en la pascua nada de eso. Y de algún modo está bien, porque la cuestión comercial haría perder el sentido verdadero de la pascua, como mucha gente que relaciona la semana santa con el feriado largo, el turismo interno, campamentos, etc.

No obstante, los cristianos hemos de vivir la pascua como hombres nuevos, resucitados, acompañado de signos que muestren esta nueva creación, entre otras cosas, estrenar algo nuevo en la pascua es algo bonito, un zapato, una blusa, un pantalón o un pañuelo, algo nuevo, para significar que Dios hace nuevo todas las cosas. Y para vivir lo festivo cocinar o comer algo especial ese día. Así, los signos nos ayudan a vivir la Pascua; vivamos ansiando año tras año la fiesta de la pascua, para que así le enseñemos a nuestro corazón a ansiar la pascua eterna en la que contemplaremos el rostro de Dios.

He pasado la Semana Santa en la Parroquia de la Anunciación en San Gabriel Villa María del Triunfo. Y hemos tenido una Pascua maravillosa en la que el Señor Jesús Resucitado se ha dejado ver a través de signos. Porque es a través de signos que sabemos que Cristo ha Resucitado: La tumba de Cristo vacía, las vendas y el sudario; los Ángeles indicando que ¡Cristo está vivo!

Un signo que el señor nos dio la noche de la vigilia pascual, fue una pequeña lluvia de más o menos media hora. Una lluvia inusual precisamente en la noche en que Cristo ha resucitado. Esto que podría ser tan insignificante y que podría ser explicado desde el punto de vista del cambio climático trastocado, lo interpretamos desde el punto de vista de la fe, porque eso es lo que somos, “hombres de fe”; puesto que el agua representa la vida, la salud, la pureza y la alegría, lo interpretamos como un signo de Dios que nos bendice en la noche santa y nos da nueva vida, que nos purifica de toda iniquidad y nos salva. Ahora bien, tomemos la mano del Señor Jesús que venció la muerte con su muerte y nos dio nueva vida con su resurrección. Salgamos del sepulcro junto con Él.

1 comentario:

  1. Que maravilloso es ser testigos de la presencia del Señor vivo, del Señor resucitado que nos muestra esos signos de amor .
    Somos privilegiados en tener un Dios que nos ama y que dia a dia nos entrega esas señales ya que a través de ellas fortalecemos nuestra fe.
    Celebremos junto con Jesús esta gran fiesta!
    Gracias P. Josel pues con estas reflexiones podemos comprender más el amor de Dios!

    ResponderEliminar