domingo, 23 de mayo de 2010

Suba con el Nuestro Corazon

7ºDdP

Hoy el señor, ante el asombro de los apostoles, asciende a lo más alto del Cielo. Asciende, el Señor, al son de trompetas, entre los canticos de ángeles, entre glorias y aleluyas de su Iglesia. No se ha ido para desentenderse de este mundo, sino que ha querido precedernos al Cielo para preparnos un lugar. Se ha ido al Cielo como cabeza de la Iglesia, para que nosotros un día le sigamos como cuerpo místico suyo que somos. Hoy asciende el Señor Resucitado a lo más alto del Cielo, y se sienta en su trono sagrado, en su trono eterno, a la derecha del Padre. No se ha ido, pues, para desentenderse de este mundo, sino para que al abrir las puertas del Cielo, el hombre viva en la esperanza de entrar en ella también. Porque alli donde está la cabeza, también está el cuerpo. Si Él es la cabeza y nosotros somos parte de su cuerpo, vivimos entonces con la esperanza de un día esta junto a Él en la morada eterna, en un lugar junto a Él. Se ha ido para darnos la esperanza de vivir en la tierra; la esperanza de vivir con los pies puestos en la tierra, pero mirando al cielo, guardando en el corazón la esperanza de que algún día, por la misericordia de Dios, también nosotros ascenderemos al cielo. Lo único que nos queda por hacer es recorrer el camino que nos ha de conducir hasta esa morada del Cielo. Hoy sube el señor a los más alto del Cielo, suba con el también nuestro corazón.

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